Cuando las reservas globales de petróleo disminuyen, los fabricantes de plástico recurrirán al gas natural, a la blomasa y al reciclaje como materias primas del futuro. Hoy, casi todos los productos de plástico vienen del petróleo, un combustible fósil no renovable que al final se acabará. El sector de los plásticos ya a cambiado al gas natural, más abundante, para la mayor parte de la producción de polietileno. La blomasa es una alternativa prometedora como fuente renovable de plásticos. Los cultivos como el maíz, la caña de azúcar, la remolacha y las patatas contienen dextrosa, que se puede fermentar para producir ácido láctico. El ácido láctico se puede convertir en una lactida, una molécula que forma cadenas largas similares a los polímeros basados en el petróleo. El ácido poliláctico resultante es en la actualidad el bioplástico más popular del mundo, usado ampliamente en embalajes alimentarios.